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alucinejoni

Las cábalas del día a día...

Las cábalas del día a día...

Todo bienVa bien este epistolario, relato del viaje por los interiores íntimos, a vuela pluma y con desplazamientos rápidos, en plan movie road de la beat generation ya demodé, viviendo la experiencia como fin en sí misma, sin alcohol, drogas ni sexo, que ya no se lleva, en plan beato puramente inofensivo, o sea; un plis plas de reflexiones sobre desarrollos personales atravesados por el espanto de la realidad y la cotidianidad de la baguette y el bocata de nocilla de cada día pa los nenes, o así.
Mare Déu! qué pretencioso y pesaduzco me pongo cuando es tan poco lo que sabemos de esto, de la vida, del universo o de su anverso -ya dicen los físicos teóricos que hay más materia invisible que visible, lo que explica el fallo de la matemática del equilibrio en eso de la masa del electrón que pulula en la inmensidad del universo, pillado más arriba en jpg- y corro el riesgo de ponerme trágico-ridículo, o sea.
Y cambiando de tercio, la gracia de acción mutante, peli de resines y otros colgaos que volví a ver ayer, -te aclaro a ti, insultantemente joven y que no lo viviste- es que recrea los arquetipos y el lenguaje de la extrema izquierda y los conceptos y paradigma en que nos movíamos (a mis 16 añitos) aquellos flipaos con nuestros locos cacharros que andábamos por ahí queriendo cambiar el mundo sin siquiera haber salido de bellreguard o de gandia. A la sazón, en plan comando llevaba yo -que no tenía media hostia- panfletos a altea montado en una vespa verde y arriesgando cárcel, (o al menos un par de leches y noche en el cuartelillo), posiblemente con una visión de la realidad tan delirante como los tipos contrahechos de la banda de ramón resines. Es pues una caricatura grotesca y delirantemente exagerada, pero divertida, de algunas situaciones de aquella época. Un canto al desvarío, o a la distorsión de la realidad y al enroscamiento en situaciones de locura y daltonismo social/político...
Bueno, se me acabó la cuerda y comienza la “son”. Digo la son, no confundir con el somni, esa situación del celebro (conocerle) cuando pasa de la vigilia de la realidad vivida a la vigilia de la que se anhela vivir, tal que cuando "De vegades la vida és tan cafre que sembla un malson -pesadilla- i sols quan t’adorms descanses, perquè comença el somni...", y así lo dijo lluis llach presentando la canción en el gesmil del passeig años ha -por el 77 o 78, mucho antes de que pusieran mercaxona-. La canción, ya digo, era "el somni" y está en el vinilo de "lluis llach a l’Olympia", es una canción poco conocida y angustiante pero preciosidad, al fin y al cabo, al igual que "aquell vaixell", que es mi preferida de las del LP. (Ahí era nada Lluis Llach y Laura Almerich con sólo dos guitarras y un piano, y la magia que poníamos nosotros aquellos días en que lo imposible parecía posible o al menos no descabellado.. Pues ya te digo, Rodrigo!)
Pos eso, otro día más...

 

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