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alucinejoni

En la Serra Gelada, un día de abril... pero ya no quedan islas...

En la Serra Gelada, un día de abril... pero ya no quedan islas...

 

En una cala de l’Albir, un día de abril puede ser bueno para hermanarse hondo con los peces, (Silvio Dixit), para perder la vista en el azul infinito del horizonte marino y del cielo, recordando un día en Maracay en el que también se paró el tiempo...

pero la realidad cuántica plantea ambivalencias contradictorias y 

... en desolation road (clicar) las sirenas de los petroleros no dejan reir ni volar... no hay más ley que la ley del tesoro de las Minas del Rey Salomón... de un velero al abordaje, de un no te quiero querer... y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar, al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio... el dorado era un champú, la virtud unos brazos en cruz, el pecado una página web... en Macondo comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver...

(Enamorado del faro, de Antonio Hurtado y de su esposa Josefa la Parroya)

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