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alucinejoni

LA ALEGRE CONFUSION DE VIVIR

LA ALEGRE CONFUSION DE VIVIR Placer de vivir, que sientes cuando bajas planeando sobre las montañas de Marxuquera en el rabillo del ojo, siempre ahí, perdidas, y ahora halladas y revisitadas en el tiempo, abúlicas y resignadas al paso de los años, costumbres e ideas de todos los que fueron y ya no son; pura caducidad inevitable, ya ves. Y digo que caes en la cuenta del placer de vivir cuando te reencuentras con el paisaje filmado en traveling de mountain bike y el airecillo te brisa la frente mientras por el lado derecho el resol te deslumbra y recalienta el cogote, lo cual que vienen las emociones a visitarte, a saludarte eufóricas, al alimón con algún gorgorito de Keane que fluye del mp3 y se desvanece en el horizonte con la mirada que se pierde en las direcciones posibles. Y como las cuatro neuronas van a todo meter, aquí te viene un pensamiento, fugaz pero aguafiestas, que se interpone en el lúdico mañanero y, en plan Don Pésimo, el de los tebeos de los setenta, te viene a la bola la de veces que fuiste creyente en lo que suponías las realidades tangibles, tal que aquella a la que hiciste el único poema (y digo, querida, que si no me lo devuelves, al menos hazme una fotocopia, que me petó el fichero word y quiero conservar mi ópera prima de poeta inconcluso) por/para alguna causa personal que tampoco valió la pena, ¡cágüenla!. Con lo que te costó decidirte, ya ves. Debiste hacerle caso al sexto sentido: - No te metas, Mari-puri, no te metas que es peor... Y piensas eso de ahora de nuevo en la carretera, a lo Kerouak y sin la Beat Generation que te ampare, porque aquí nadie ampara a nadie, como a los tristes pájaros de Portugal de Sabina el cantautor. Y no hay más… Y tal que te da el bajón, aunque, ya te digo, el pensamiento es fugaz.Y ya puestos, recuérdame que te diga, por si se te olvida, que un segundo es igual a otro, simple unidad de tiempo, aséptica en puridad, o sea, y tú lo haces diferente, ¡Nen! No hay más. Son los procesos mentales que te llevan a espacios y tiempos imaginarios, ya ves. ¡Léete lo de la psicología quántica, chaval! que ahora va y la realidad tampoco existe, ya más que nos jodió el Fukuyama con que la historia ídem, o sea, que na de na, que no tenía sustancia,  y ahora también la realidad va y se larga a echar una meada y nos deja huérfanos. Ya te digo, ni historia ni realidad ni perro que nos ladre, ya te cuento, ¡qué pasada! Y tú con esos agobios existenciales de andar por casa, ¡hay que joderse!.La única certeza, pues, que el tiempo pasa (¡uy, qué melodramático se me pone esto!), como en la canción. Y ¡cómo pasa! Date garbeo por Père Lachaise (París, ¡oh París!) y en amable paseo entre tumba y tumba, -chaletitos adosados-, cuéntaselo a Balzac, Apollinaire, Modigliani, Signorete, Proust, Piaf o Morrison, a los comuneros de París o a los anónimos de la Resistencia, tumbados y relajados todos y de buen humor, en pacífica convivencia y un poco expectantes a ver como acaba esto. Cónclave de ideas y paradigmas que marcaron época viendo pasar el tiempo, como la Puerta de Alcalá de la Ana Belén.Y así que relojes, de arena, de cuco, de agua, de Cold Play, sumergibles, de Cartier, de vida, para medir el tiempo de la banalidad, de la tuya y de los que parecían jóvenes en las fotos blanco y negro y sepia de los años cincuenta y ahora ya no son; para medir los momentos que se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia cuando sea la hora de morir y sin el consuelo de haber visto atacar naves en llamas más allá de Orión, ni los rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhäuser, como sostiene el androide replicante Roy ante el confuso Blade Runner /Harrison Ford (espada corriendo) que va y se lía con la otra replicante que no replica cuando le propone fundar hogar mixto de parejas de hecho en el 2019. Ya te digo, inmoralidad del tiempo que nos trae a mal vivir y nos arruga que da pena, pero aséptica, como te dije. Lo cual que la vida y la no vida, refundidas ambas dos en amable pastiche y prestas para tu caprichosa elección.  ¿Y tú que prefieres, Nen? ¡Enga!, deja de babear y ponte a empujarle al sol no seas manta.

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