Una danza, una surrealista danza en el tiempo que no existe...
Y si la rutina, la cotidianidad plomiza, fuera una danza, sin compás ni final previsto ni pevisible.
Una danza de situaciones y de poses, de saludos y de números, de simulaciones, de ociosos y diletantes, de hipocondriácos, de los que sueñan poco y mal y de los que no sueñan.
Danza banal de pretenciosos, erráticos en la pista de baile, moviéndose como pollos sin cabeza siguiendo una música que no entienden y se va perdiendo en el horizonte de sucesos
Y si la danza sucediera en el mundo del no suceso, en la ilusión de una dimensión no resuelta?
Al fin y al cabo, qué más da!
Yo quiero verte danzar como los cíngaros del desierto
con candelabros encima,
o como los parineses en días de fiesta.
Yo quiero verte danzar como derviche tourne que giran
sobre la espina dorsal al son de los cascabeles del catacari.
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza, danza.
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza.
Y radio tirana transmite música balcánica
mientras bailarines búlgaros,
descalzos sobre braseros ardientes.
En Irlanda del Norte, en verbenas de verano,
la gente anciana que baila al ritmo de siete octavas.
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza, danza.
Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza.
En el ritmo obsesivo la clave de ritos tribales,
reinos de hechizos y de los músicos gitanos rebeldes.
En la baja Padana en verbenas de verano,
la gente anciana qeu baila, viejos bailes vieneses.
0 comentarios